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      Número 52 – Yiar 5782 – Mayo de 2022

      Edición dedicada anónimamente para el éxito de Osher Beyosher.

      Facturar doble y ayudar

      Pensé que hacia un favor

      Un profesional emite facturas por sesiones que no ocurrieron para ayudar a sus pacientes a recuperar el dinero pagado.

      Pregunta

      ¡Hola! Soy un profesional independiente y atiendo a niños pequeños en el área de la salud. Por ser que el tipo de tratamiento que ofrezco es muy específico, algunos de mis pacientes pueden obtener un reintegro de las sesiones conmigo. Es decir: el servicio privado de salud les reconoce la sesión y se las paga total o parcialmente. Lo que sucede es que en ocasiones el importe que les devuelven es menor al que yo les cobro, y los padres me consultan si puedo hacerles dos facturas: una a nombre del niño al que atendí, y otro a nombre alguno de ellos o de algún hermano, de modo tal que al presentar el comprobante al servicio de salud, puedan obtener el monto total pagado. Por ejemplo, si mis honorarios profesionales son de 400, y saben que solo les darán 200, lo que me piden es que les haga una factura por 200 a nombre del niño, y otra más de 200 a nombre del hermano para que finalmente les devuelvan los 400. Siempre pensé que les hacía un favor: a mí no me cuesta nada, ¡y ellos pueden recuperar todo el dinero de la sesión! Sin embargo, un amigo me sugirió que les consultara, ya que según él estudió, podría ser como robar. Por favor, ¿podrían clarificarme la cuestión? ¡Gracias!

      Respuesta

      ¡Hola! El comentario de su amigo es acertado. Hacer una factura por algo que no sucedió para que el paciente reciba un monto mayor de dinero que el que paga habitualmente el servicio de salud privado, es transgredir dos prohibiciones: la de robar, y la de mentir, en este caso al servicio de salud. Para poder hacerles dos facturas, lo facturado debe ser verdadero. Por ejemplo: si además del tiempo dispensado al paciente usted tuvo que dedicar un tiempo a conversar cuestiones del tratamiento con un hermano o con la madre, ese tiempo, aun cuando no sea el que habitualmente toma una ‘sesión normal’, podría considerarse como una sesión profesional, y podría facturarse. ¡Gracias!

      Querido lector: nuestros sabios nos enseñan que nunca debemos aprender
      una Halajá a partir de otra que aparenta ser igual o similar. Por favor,
      no saques conclusiones de los casos aquí presentados; dirígete a tu Rabino
      para clarificar qué debes hacer tú en tu caso.

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