
Número 53 – Siván 5782 – Mayo de 2022
Edición dedicada anónimamente para el éxito de Osher Beyosher.
Prohibición de Ribit
Prestar el automóvil
Prestó su automóvil a un conocido con tres cuartas partes del tanque de gasolina lleno, y se lo devolvió con el tanque lleno.
Pregunta
¡Hola! Presté mi automóvil a un conocido de mi comunidad con aproximadamente tres cuartas partes del tanque de combustible lleno, y cuando me lo devolvió, noté que el tanque estaba completo. Al comentarle el asunto me dijo: ‘lo mínimo que podía hacer para agradecerte era devolverte el coche con nafta, ¡me hiciste un gran favor al prestármelo, muchísimas gracias!’. Imagino -no estoy seguro- que esto probablemente representa haber pasado por la prohibición de ‘Ribit’, o sea, prestar algo a un yehudí y recibir un extra, un ‘interés’ por ello, ya que me devolvió el coche con más combustible que el que tenía cuando se lo di. Sin embargo, el automóvil con cada uso sufre un desgaste (aceites, filtros, llantas, uso, etc.) y además pierde -aunque mínimamente- valor de venta, por lo que quizás ese ‘cuarto de tanque’ no sea ‘Ribit’ sino un modo de cubrir esos otros ‘gastos por desgaste’. Por favor, ¿podrían clarificarme la situación, decirme si es Ribit, y explicarme cómo es la Halajá al respecto? ¡Gracias!
Respuesta
¡Hola! No hay Ribit en bienes no consumibles, y el automóvil no se define como un bien consumible aun cuando, como usted menciona, hay un desgaste. La prohibición de Ribit se da únicamente cuando hay una ‘Alva’á, es decir, un préstamo de ‘bienes consumibles’, bienes que tras su utilización se transforman o desaparecen completa o parcialmente, por ejemplo: dinero, alimentos, remedios, y otros. Y el coche entra en la categoría de ‘Ash’alá’, o sea, el préstamo de ‘bienes no consumibles’, o bienes que tras su utilización en reiteradas ocasiones no desaparecen ni se modifican, sino que padecen el desgaste propio y natural del mismo uso y del transcurso del tiempo, lo que genera una disminución paulatina de su valor (amortización), por ejemplo: una mesa, un martillo, ropa, y ¡su automóvil! Por cierto, su pregunta es correcta, ya que en el idioma español, en nuestro día a día, solemos referirnos a ambas situaciones simplemente como ‘préstamos’, sin decir si se trata de bienes consumibles o no, y eso lleva a confusión. ¡Gracias!
Querido lector: nuestros sabios nos enseñan que nunca debemos aprender
una Halajá a partir de otra que aparenta ser igual o similar. Por favor,
no saques conclusiones de los casos aquí presentados; dirígete a tu Rabino
para clarificar qué debes hacer tú en tu caso.
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