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      Número 12 / Av 5780 – Julio de 2020

      Edición para Refuá Shelemá de Yosef Jaim Jai ben Antonia y Jaia Sara bat Perl.

      Responsabilidad y negligencia

      Caso 1 – ¿Quién pierde la diferencia?

      Le dejaron una donación en Pesos, se le traspapeló, y la encontró varios años después. Ahora la quiere enviar a su destino, en dólares. ¿Debe pagar la diferencia de cambio?

      Pregunta

      ¡Hola! Hace cinco o seis años un amigo me dio un sobre con dinero en Pesos de mi país para que yo se lo diera a un Rabino que vino a juntar fondos para su institución educativa de Israel. El mismo día en que recibí el dinero, o al día siguiente –no recuerdo-, el Rabino se fue del país, y no pude cumplir con mi encargo. Luego, durante algunas semanas, llevé el sobre conmigo para devolvérselo a mi amigo, pero como aún abrigaba la esperanza de poder volver a ver al Rabino, esperé. Pero el Rabino nunca regresó, el tiempo pasó, y el sobre se me traspapeló hasta hoy, que lo volví a encontrar. Quiero mandar ese dinero a su destino lo más prontamente posible, y en dólares, como se acostumbra a hacer. No hace falta decir la incomodidad que siento por no haber podido cumplir con mi amigo, y por haber demorado tanto la entrega del dinero a la institución. Realmente me pesa mucho. Pero ahora me encuentro frente a las siguientes preguntas:

      • ¿Soy responsable por el olvido? ¿Si es que sí, de qué manera, y cómo lo soluciono? Mi intención fue siempre entregar el sobre, solo que tras esperar varias veces a que el Rabino regresara, se me traspapeló.
      • Siendo que el dinero se desvalorizó, ¿quién es responsable por la “pérdida” de dinero? Es decir: lo que antes podrían haber sido, por ejemplo, 5 dólares para la institución, hoy serán 4. ¿Quién debe pagar esa diferencia?
      • Si solo debo enviar 4, la institución “perderá” parte de la donación, y mi amigo estará donando menos, ¿hay forma de reparar eso?
      • ¿A qué valor dólar debo cambiar el dinero? Si es que al valor dólar de cuando mi amigo me dio el dinero, ¿cómo puedo calcular la cotización? O sea: no sé exactamente cuándo fue, pudieron haber pasado cuatro, cinco, o seis años, francamente no lo recuerdo, y la diferencia, pasada a dólares, es grande…

      Desde ya, muchas gracias por su ayuda, ¡tizku lemitzvot!

      Respuesta

      ¡Hola! La Halajá determina que una persona que cuida de manera voluntaria –no recibiendo un pago- un objeto, sea éste cual fuere, no tiene ningún tipo de responsabilidad sobre aquello que le ocurra al mismo, salvo en casos de una negligencia cometida por parte del cuidador, en los que sí deberá pagar por el daño que le haya ocurrido al objeto. Su pregunta está enmarcada dentro de estas Halajot, y la respuesta para su caso específico, en el que usted intentó cumplir con el pedido de su amigo, y también tuvo el sobre con usted para devolverle el dinero por bastante tiempo, es que su posterior olvido no se considera negligencia, es decir, no se lo considera responsable de acuerdo con la Halajá, y simplemente deberá cambiar los dólares a la cotización actual. Si bien Halájicamente el olvido normal se considera negligencia, y la persona debería pagar, en su caso, el dejar el sobre junto con sus propias cosas se considera cuidarlo, y está exento de responsabilidad pues el olvido se considera un percance, para varias autoridades Halájicas.

      Por otro lado, si bien usted no tiene ninguna obligación en relación a compensar la “pérdida” que sufrirá la institución por la diferencia en el cambio después de estos años que han pasado, sería adecuado si usted pudiera agregar una donación de su propio dinero para llegar a la diferencia estimada, y de esa manera, no solo fue un buen emisario que hizo finalmente llegar el dinero a su destino, sino que además se asociará a su amigo en la donación que éste realizó, y también cumplirá con la opinión de las autoridades Halájicas que sostienen que a este tipo de olvido sí se lo considera una negligencia y que usted debería pagar la diferencia. En relación a su amigo, no es necesario avisarle, y se considera que donó lo que él había pensado donar en su momento.

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      Pausas mientras se trabaja

      Caso 2 – Robar tiempo

      ¿Debe un empleado ser meticuloso al trabajar por hora, y no realizar interrupciones en absoluto?

      Pregunta

      ¡Hola! En el rubro en el que trabajo, los presupuestos se hacen mayormente por hora; o sea: cuando una empresa necesita un trabajo, relevamos la información pertinente, armamos un presupuesto de cuántas horas de trabajo requerirá ese proyecto, se presenta el presupuesto, eventualmente se aprueba, y se ejecuta. Por ejemplo, un trabajo podría ser de 1.000 horas de trabajo, y costar así y así. Otro podría ser de 12.000 horas de trabajo, y así sucesivamente. La pregunta es: si bien nosotros nos ocupamos de controlar las horas que utilizamos, y somos responsables y prolijos en todo lo que podemos, ese control no es exhaustivo. ¿Deberíamos ser precisos y descontar, por ejemplo, el tiempo de ir a hacer un café, o de ir al baño, o una charla con un compañero para distendernos un poco? ¡Gracias!

      Respuesta

      El Talmud Babli, en el tratado de Taanit, cuenta sobre Abá Jilkiá, un gran sabio que ni siquiera devolvía el saludo mientras estaba trabajando, para no robarle el tiempo de trabajo a su empleador. Así también, en el tratado de Berajot se determina que un trabajador que debe comer en el horario de trabajo, no recite la cuarta bendición del birkat hamazon –bendición por el sustento-, por el mismo motivo. Sin embargo, el Shulján Aruj dictamina que hoy en día todo trabajador debe recitar el birkat hamazón completo, o sea, incluyendo la cuarta bendición, puesto que los empleadores ya no hacen tanto hincapié en lapsos tan pequeños de interrupción. Sobre todas las conductas relacionadas con el tiempo, y obligaciones de los empleados dice el Talmud Yerushalmi que “todo se determina de acuerdo a la usanza del lugar” (ver también Shulján Aruj Joshen Mishpat 331:2), por lo tanto, mientras se realice una pausa dentro de la conducta normal, no es necesario descontarlo, pero de darse, eventualmente, que entablaron una conversación prolongada, debería ser descontada.

      Querido lector: nuestros sabios nos enseñan que nunca debemos aprender
      una Halajá a partir de otra que aparenta ser igual o similar. Por favor,
      no saques conclusiones de los casos aquí presentados; dirígete a tu Rabino
      para clarificar qué debes hacer tú en tu caso.

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